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Día Internacional del Gato: ¡Felicidades a todos!



Adoro los gatos, de modo que hoy, 20 de febrero de... hoy 2022 (que este reportaje era de 2018), fecha en la que se celebra el Día Internacional del Gato, me siento entusiasmada con los míos, los que están y los que se fueron ya. Hay otras fechas en las que también puede celebrarse su día, como el 8 de agosto o el 29 de octubre, no obstante la del 20 de febrero es la más extendida. Si te gustan los felinos, si te resultan sorprendentes, mimosos, enigmáticos... aquí recogeré mi particular elogio a mis mascotas. Y que en general van para todos los gatos.

¿Por qué hoy? El motivo por el que celebramos esta fecha se debe a Scoks, el gato del 42º Presidente de Estados Unidos, Bill Clinton. Chelsea era la dueña del famoso Socks (Calcetines, en español, porque era de color negro, con manchitas blancas en el morro, el pecho y las patas). Socks vivió en la Casa Blanca entre 1993 y 2009.


En la fotografía superior, Chus, en esta Minnie, dos de mis gatas. Chus nos dejó y en su lugar hoy tenemos a Sugus.

Socks falleció en 2009, precisamente un 20 de febrero. Por ese motivo, el Fondo Internacional para el Bienestar de los Animales y otras organizaciones similares se pusieron de acuerdo para que este día se convirtiera en el Día Internacional del Gato. Desde www.Adoronews.com queremos comentarte el mucho cariño que pueden llegar a dar, la compañía que hacen, lo independientes que llegan a ser, su belleza, la calma que transmiten, lo limpios que son, lo mucho que les gusta que juegues con ellos o que les acaricies, cómo aprenden todas las rutinas, lo cotillas que pueden llegar a ser (ya sabes, la curiosidad mató al gato...), lo fiscalizan todo...

Dos buenas noticias

Debo añadir en este reportaje que estoy muy feliz de que el Gobierno apruebe la Ley de Protección Animal, que supone el fin a la venta de mascotas en tiendas, un curso para tener perro y penas de prisión por maltrato. La primera ley nacional de protección de los derechos de los animales castigará hasta con 24 meses de prisión el maltrato animal con resultado de muerte, y hasta 18 meses si el maltrato requiere atención veterinaria.

Y que para mí es un gusto también colaborar con una asociación muy especial Entrepinos Felinos, que se encarga de hacer CES (Captura Esterilización y Suelta) de muchos gatos ferales, buscarles casas de acogida y en el mejor de los casos hogares seguros, para muchos de estos felinos, en un bonito lugar de la Sierre Oeste Madrileña. Comentaros que el último caso de enorme éxito de esta asociación ha sido buscarle a una perrita, muy posiblemente abandonada, y desde luego perdida, un hogar donde ahora está como una princesa. 


Mis adorables mininos

Con 13 o 14 años y mi gato Mendri, ya muy mayor. 

Quiero presentaros a mis "amigos de cuatro patas", a mis "garritas". Mi primer gato, cuando era muy, muy pequeña, se llamaba Mendri (le puse Almendra), era blanco con un lunar negro en el lomo. Un gato buenísimo al que recuerdo ya muy mayor, con las orejas peladas... por las peleas con otros machos. En casa de mi tía Elisa siempre había gatas, por tanto parían con frecuencia... las suyas eran gatas ariscas, que en general no se dejaban tocar, pero que también formaban parte de la familia. Una de ellas fue la madre de Mendri...

El Rubio, un gato muy listo.


Con el gato Rubio, en la plaza de Chozas de Canales (Toledo), mi pueblo.

Con 15 o 16 años y mi gato Rubio.

Careta, la gata de mi madre.


Tras Mendri el siguiente gato que recuerdo es uno de bonito color dorado, al que llamaba "El rubio". Cuando viajábamos todos a Madrid, el gato se trasladaba a casa de una amiga de mi madre, a más de 300 metros, para que esta le diera de comer.  Después cuando volvíamos teníamos que ir a por él. Mi madre tuvo después una gata blanca con un antifaz negro en la cara, por eso la llamó Careta.

Nube un gato de ciudad.


Otro de los gatos que he tenido era parecido a Socks, Calcetines, negro con algunas manchitas blancas, le puse Nube. Vivió conmigo en mi piso de estudiante, en Madrid, que era un bajo, y salía a dar vueltas por el parque de al lado. Un día trajo una rata muerta por la terraza del tendedero, por donde entraba a casa, otro día vino con una pata herida... después un día ya no volvió. Me dió tanta pena que busqué en una revista para comprar un gato corriendo (no tenía consuelo) y elegí una gatita siamesa en el madrileño barrio de la Ventilla.

Ambar y sus retoños.

Bogart y su hermano.

Bogart y su madre, Ambar, detrás. A Ambar la cruzamos con un macho de mi pueblo, de Nati, madre de Alejandro y Marce, y se quedó ella al hermano de Bogart.

Los dos, Ambar y Bogart encima de mi marido, en la casa de Toledo de mis padres.


Fuimos a por ella y la pusimos Ambar. Todos los gatos tienen un favorito, y el suyo era mi marido. La cruzamos con un macho de mi pueblo y tuvo dos crías, uno me lo quedé yo, y otro fue para la dueña del macho. Al mío le pusimos Bogart y era una preciosidad. Con el tiempo los dejamos a vivir en mi casa toledana.

Baldomero, un gato buenísimo, de mis vecinos en la sierra madrileña. Venía tanto a casa que era compartido.
Chus en el jardín.

Chus en la jardinera de los tulipanes.

Baldomero y Mau, la hija de Chus, dos gatos que se adoraban.


Años después ya en la sierra madrileña compartí con mis vecinos un precioso gato negro llamado Baldomero, un gato espectacular y buenísimo. Estos vecinos cogieron también una gatita atigrada, a la que pusieron Chusta. De la primera camada de Chusta, me regalaron una preciosa gata a la que llamé Mau. Baldomero adoraba a Mau, la lamía... parecía su padre o su novio. Un día desapareció Baldomero, y tiempo después Mau (lloré un montón). El perro que se colaba a la parcela de mis vecinos debió de matar a ambos gatos. Poco después, los hijos de unos amigos (Paco y Charo) me trajeron a un gatito dorado y blanco, que habían cogido en su parcela. Me lo quedé y le pusimos Leonardo. No vivió mucho tiempo, falleció en el chalet de al lado, del mismo modo que sus antecesores.


Nos lo trajeron los hijos de unos amigos, pero no llegó a ser adulto, murió por el perro del vecino.


Después mis vecinos se fueron a vivir fuera y la gatita Chusta, a la que llamamos Chus, vino a mi casa a buscar comida (venía con mucha frecuencia) y nos adoptó. Y nosotros a ella. Vivía muy feliz en la sierra, tenia en 2018... no sabemos con exactitud los años, aunque sus primeros dueños dicen que 16 o 17 años o 18. La pusimos su casita en el porche, y la dejamos comida para toda la semana... (comen ella y todos sus amigos y pájaros de la zona). En enero de 2019 ya no la vimos... no volvió. Los últimos años la dio por salir de casa... y bien pudo fallecer de muerte natural o que le pasara algo, nunca lo sabremos. Nos dio una pena enorme. Fomaba parte de la familia.



Siempre la gustó estar en brazos y dormirse, cuando se hizo ya más mayor, todavía más, sólo quiere estar encima.






Después un buen día mi hija vino con una gatita, que iba a compartir con un amigo... la gatita pasaba temporadas en custodia compartida. Al final, la gatita se quedó para siempre con nosotros. Es una monada. La recuerdo los primeros días en la playa, arañando a todo el mundo. Mi hija la puso Leia (como la princesa) y yo empecé a llamarla Minnie, de modo que se llama Minnie Leia.


En su cuna favorita, la primera que conoció. Ahora casi no cabe...
Feliz con su nuevo rascador.

Fotografiada por su mamy Ana.


Pide cariñitos como una loca.

Así se pone cuando quiere cariñitos...

Todo lo controla, de todo se entera... cotilla sí es. Curiosa... al menor ruido se pone en alerta, es muy miedosa.

No soporta que la cojamos, ella tiene que estar independiente, al lado, pero a su aire. Ahora que tiene 5 o 6 años (bueno pues en 2020 dos años más de esos) a mi sólo se me sube para que la de una barrita jugosa, que la vuelven loca. En cuanto que se acaba la barrita se va muy digna. A veces se ha quedado encima unos minutos, no mucho. Con los chicos de la casa (mi marido y mi hijo) parece que prefiere subirse algo más, tampoco mucho (será porque ella es gata, y ellos son chicos). No obstante nos quiere a su manera. Se pone tirada con las patitas para arriba, para que la acariciemos... en cuanto nos ve. Y lo que más la gusta es que la acariciemos con el pie (cosa muy rara). Yo creo que el calcetín le debe recordar la lengua de su madre... Si intentamos acariciarla con las manos se siente amenazada y sale corriendo. Nunca nos había pasado algo así. Yo digo que es "muy arisquita".



Tiene varias cunas, pero adora la más pequeña, la de cuando llegó a casa.

En la playa, haciéndose la toillete.

No sé qué les da... todas las gatas van con él. Hasta ese momento, la nueva Sugus, no quiere saber nada de él.




Pese a todo la queremos mucho también... Y por supuesto también amasa, cuando decide sentarse unos minutos encima. Este movimiento reflejo les recuerda a los gatos cuando hacían lo mismo al mamar... Significa que se sienten bien y agusto. Y que nos quieren. Para que no te haga daño involuntario con sus uñas te aconsejamos tener una mantita para ponerte encima cuando se suban. Si no tienes mantita y te hace daño, no le castigues, pon tu gato en el suelo... No es algo voluntario.

Y llegó Sugus...


Y justo cuando Chusta dejó de venir, llegó al jardín una gatita de menos de un año reclamando comida y dejándose acariciar... Se parecía tanto, que es como si viniera de parte de Chusta (que novelera... me pongo). Empezamos a darla de comer, y era una tristeza dejarla en el jardín cuando nos íbamos... hasta el siguiente fin de semana. Así es como llegó a nuestra vida y ahora vive con nosotros en Madrid.



Lo primero que hicimos es traerla sólo para operarla, ya que con muy pocos meses ya la montaban los machos de la zona... y dije, nos llena esto de gatos. Y efectivamente la operamos, y el veterinario nos dijo que ya estaba preñada. Y claro se quedó por los puntos y la operación...




La otra gata Minnie, reaccionó fatal... bueno pensaba que no iban a poder vivir juntas. Como si fuera un tigre, no dejaba que nadie se acercara a ella, me refiero a nosotros... enfadada con la vida. Y ni os cuento los bufidos que le daba a la pequeña... Terrible. De hecho al comentarlo al veterinario le hicieron ese triangulo en la oreja que significa que ya está castrada, por si nos veíamos obligados a soltarla, porque no pudiese vivir en Madrid con la otra.



Al final la sangre no llegó al rio, se soportan en la distancia. Es triste que no se acerquen y vivan ignorándose desde hace más de un año. Por lo menos pueden llegar a estar a 70 centímetros de distancia y no se cae el mundo... Pero el tema va muy, muy lento.


Sugus, tan ricamente, mientras se estaba cogiendo una gripe felina de "bigotes". A Minnie la afectó menos el virus, porque era más mayor, pero ella que no llegaba al año... se quedó más tocada por el virus.


Este verano se cogierono la gripe felina... Empezó la mayor, con mocos y estornudos de campeonato... y estuvo más de mes y medio. Se lo debió pasar a la otra, que lo ha llevado fatal. Minnie se curó... y está perfecta. y Sugus creo que tiene como brotes de ese virus y le salen heridas en la boca. La llevé al veterinario varias veces, la dan antibiótico... pero como que no se puede hacer mucho más. Ahora parece que está mejor. Como le afecta a la boca... le damos de comer blando, latas y sobres, para que lo trague bien. y en esas estamos. Con dos gatas en la familia...



Consejos para limpiar los pelos de gato

Seguro que te pasa, el sillón donde se ponen, su mantita... todo lo llenan de pelos. Un truco genial es coger una lima de uñas, ponerla en posición vertical y arrastrarla por la tela que quieras limpiar. Ves tirando las madejas de pelos que vas a sacar... Es un truco genial.



Funciona genial, otra opción es pasar una buena aspiradora.



Chus, posiblemente la gata que más nos ha querido.



Felicidades a todos los gatos... y por supuesto a los míos, los que están (Minnie y Sugus) y los que se fueron. Mi lista es muy larga, como habéis podido ver.

Los de mis amigos



Perla, de pequeña y de mayor, la gata de mi amiga Mari Carmen.

Luna, hija de Chus, la única de sus hijos que siguía viva en 2018. Justo un año después de su madre, también falleció. De mis amigos Esperanza García y Mario Frutos.

Marlenne, vive con Perla y mis amigos Mari Carmen Blasco y Paco Fernández Palomero. La que os enseñé la primera.


Merlín, el gato de mi amiga Isabel Corbera, un ejemplar soberbio y muy bueno. Por un problema grave de salud, tuvo que ser sacrificado. Hoy en su lugar está Rumba.


Merlín mirando el jardín pensativo.
Después los de mi otra amiga Isabel Aires: Denía y Calpe, preciosos también.

Calpe y Denia, compartiendo cuna.

Calpe llegó después de Denia.

Durmiendo, tan ricamente.

Posando para la foto.

Al solete, en su mega multiactividades gatuno.

¿Un besito gatuno? En el jardín. Muy felices.

Hablando de sueños gatunos... Gris duerme divinamente, es el gato de mi amiga Mary Fernández Palomero.


Mejor sigo durmiendo.

El último en llegar... Bebé


Un gato serrano... que ha aterrizado por el jardín de unos amigos. Al principio sólo iba para que le dieran de comer y no dejaba que nadie se le acercara. Con mucha paciencia, la hija de estos amigos le fue dando confianza, y ahora la sigue a todas partes y la busca en cuanto que llegan a la sierra. Le han puesto de nombre Bebé y es precioso. Pero sólo se permite estas confianzas con ella... su persona favorita. Ya sabéis que los gatos eligen a una...



El rey del jardín.




Felicidades a todoooos ellos.

Felicides a todos los que tienen gato o gatos, y a los que aún no lo tienen... decirles que no saben lo que se pierden.



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